1/09/2020 El patrimonio y los recursos turísticos de la capital de Ribeira Sacra cada vez traspasan más fronteras, en esta ocasión de la mano de publicaciones internacionales como Traveler que el 19 de agosto viajaba por tierras gallegas en busca del legado sefardí. Un viaje en el tiempo que hace parada en Ribadavia, Tui y Monforte de Lemos:
“Los testimonios judíos de la ciudad lucense a orillas del río Cabe se dispersan por sus calles, especialmente por la llamada Falagueira, hoy calle de la Cruz, donde estaban los comercios, y en las nombradas según sus gremios, como Zapaterías o la Calle Pescaderías que aún conserva lo que era la casa sefardí de la familia Gaibor.
Lo cuenta el historiador Felipe Aira Pardo, autor del libro Judíos y Conversos de Monforte de Lemos, que también habla sobre la época feudal, siglo XII, de Monforte de Lemos cuando reinaba el Conde de Lemos, desde su Castillo –hoy Parador Nacional–, parte del Conjunto monumental de San Vicente de Pino, junto a la Torre de Homenaje y el Monasterio de San Vicente.
Ir descubriendo la huella sefardí por las calles de Monforte es cerrar los ojos e imaginar la presencia de aquellos que durante muchos años vivieron, comerciaron y fueron parte de las tres culturas que componían España; averiguando sus costumbres, dichos y saboreando dulces y especias ya integrados en la cotidianidad popular.
Entrar en el Escorial Gallego es hacerlo e la historia de la ciudad. El Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, construido a finales del siglo XVI bajo el patrocinio del Cardenal Rodrigo de Castro, es un conjunto monumental que cuenta con la Iglesia, el Claustro y el Museo. En el retablo de nogal, obra de Francisco de Moure, se observan detalles curiosos como la circuncisión del niño Jesús. Mientras que el museo guarda dos óleos de El Greco y cinco tablas de Andrea de Sarto.
El 'saber' para el pueblo judío ha sido de vital importancia. Muchas veces tuvieron que dejarlo todo y solo pudieron llevarse ese conocimiento que transmitieron a sus descendientes. En tiempos en que una gran parte la sociedad cristiana era prácticamente analfabeta, los señores feudales se apoyaron en los judíos para la administración de sus fincas, el comercio, las transacciones. De hecho, los hebreos eran patrimonio del rey y solían vivir dentro de las murallas como signo de protección. Hubo algunas familias conversas en Monforte de Lemos como los Coronel, Gaibor, Céspedes o Pereira que tuvieron gran influencia en la sociedad.
En este trayecto por los caminos sefardís, el capitulo gastronómico es prioritario. El Parador de Monforte de Lemos ofrece un menú sefardí con burekas de patata y ajonjolí, crema de lentejas y queso fresco, carré de cordero asado al romero, y una crema fría de alfóncigos de postre, regado por sus vinos de la Ribeira Sacra.
La valiente viticultura de montaña tiene en los bancales de la Ribeira Sacra su máxima expresión. Lugar de preferencia para observar los viñedos son el Mirador Duque y el Embarcadero del río Sil.
Las viñas escalonadas forman un paisaje espectacular y reflejan el amor por la tierra y el vino de aquellos que las cultivan y que cuentan con dejar ese legado a sus herederos a los que han trasladado su forma de vida, dura y bella.
Así lo transmite Fernando González, propietario de la bodega Algueira, fundada junto a su esposa Ana en 1998. Para Fernando es emocionante saborear esos vinos cuyas cepas a orillas del Sil han desafiado la pendiente, el viento, la lluvia y el sol hasta sacar los caldos de sus uvas. Vinos minerales, estructurados, complejos, intensos y elegantes. Dice Fernando como el microclima que se forma en la Ribeira Sacra, mediterráneo a orillas del atlántico, favorece el cultivo de la vid, el olivo y los cítricos. El complemento a la cata y exposición de Fernando es la visita al Centro Viño Ribeira Sacra, donde aprender sobre los entresijos de esta forma de cultivo, y terminar en su tapería saboreando lo aprendido.”