Día Mundial Sin Alcohol: por qué necesitamos concienciar sobre este tema

De acuerdo con nuestro Observatorio 2021 sobre el perfil de las personas con adicción en tratamiento, el alcohol es la segunda sustancia (primera para las mujeres) por la que se acude a nuestros centros.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año se producen 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo de alcohol.

Con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de adoptar medidas encaminadas a reducir el consumo del alcohol y la carga sanitaria y social que provoca su ingesta se declaró el 15 de noviembre como el Día Mundial sin Alcohol.

Menores y alcohol

Tal y como se recoge en la Encuesta sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) 2021 Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, los jóvenes entre 14 y 18 años reconocen haber consumido alguna vez en su vida sustancias como alcohol (73,9%), tabaco (38,2%), cannabis (28,6%), hipnosedantes (19,6%), cocaína (2,7%) y éxtasis (3,1%), sustancia que por primera vez supera a la cocaína.

De acuerdo con este estudio, la edad de inicio de consumo de alcohol y tabaco se aproxima a los 14 años. Nuestro Observatorio 2021 sobre el perfil de las personas con adicción en tratamiento avala esta cifra.

El alcohol es la droga legal de consumo más común y aceptado en las sociedades occidentales siendo la sustancia psicoactiva de consumo más generalizado entre adolescentes de 14 a 18 años, pese a que se trata de una sustancia cuya venta está prohibida a menores de edad.

En la población adolescente (el grupo más vulnerable y que además está expuesto a secuelas pues su maduración cerebral aún no es completa), además, el patrón tradicional de consumo está siendo reemplazado por un consumo más intensivo y breve, los denominados episodios de binge drinking.

¿Cuándo se considera uso problemático de alcohol?

Se considera Consumo Problemático cuando se observan algunos de estos síntomas:

  • Pérdida de control del consumo
  • Beber en ayunas o beber ante acontecimientos de gran tensión
  • Recaída en el consumo a pesar de los efectos negativos
  • Problemas familiares, sociales, laborales
  • Olvidos y despistes importantes
  • Pérdida de conciencia de la realidad y negación

¿Cuáles son las consecuencias del consumo de alcohol?

  • Físicas: disminuye la actividad de las neuronas del sistema nervioso, efectos tóxicos sobre el tejido del corazón, alteraciones gástricas, intestinales…
  • Psicológicas: ansiedad, delirios, depresión, alucinaciones…
  • Sociales: conflictos familiares, violencia… problemas en el trabajo (absentismo laboral, disminución del rendimiento, accidentes y bajas médicas, pérdida del puesto de trabajo), accidentes de tráfico…

10 mitos sobre el consumo de alcohol

 

  • “Se pueden consumir drogas durante mucho tiempo, antes de que te hagan daño”.

La droga actúa sobre el sistema nervioso y una pequeña dosis es suficiente para causar efectos tan nocivos como inmediatos.

  • “Mientras no abuse de ellas, no corro peligro”.

Todas las drogas causan daños desde el primer consumo. Además, corres el riesgo de que quieras tomarlas con más frecuencia hasta que te acabes enganchando.

  • “El alcohol no es una droga”.

El alcohol reúne todos los requisitos de la definición de droga: cuando se introduce en el organismo provoca un cambio en su funcionamiento y es susceptible de crear dependencia y tolerancia.

  • “El alcohol es un estimulante”.

Mucha gente lo cree así porque con las primeras copas la persona se ve algo desinhibida o locuaz, pero lo que en realidad ocurre es que se deprime la capacidad de autocontrol, con lo que se deja salir aquello que se lleva dentro y que el autocontrol recomienda no sacar de una forma inadecuada.

  • “Beber alcohol sólo los fines de semana no provoca daño”.

 

El alcohol no es un alimento, sino un tóxico del que el cuerpo tiene que defenderse. Consumirlo cuando se está en crecimiento, todos los fines de semana o en grandes cantidades pone en peligro el organismo, además de estar en riesgo de convertirlo en hábito.

  • “Las personas que ‘aguantan mucho’ corren menos riesgo de llegar al alcoholismo”.

Cuando a alguien “no se le sube el alcohol a la cabeza” no significa que no le afecte; sino que es probable que haya desarrollado “tolerancia” y necesite aumentar la dosis para obtener los mismos efectos.

  • “Las drogas son un problema más grave que el alcohol”.

El alcohol y el tabaco causan 50 veces más muertes que la heroína, la cocaína o cualquiera de las demás drogas ilegales. Las consecuencias son múltiples: violencia, accidentes de tráfico, accidentes laborales, absentismo laboral, enfermedades graves, etc.

  • “El vino tinto es bueno para el corazón”.

Este mito se basa en la creencia de que un fenol, el resveratol, que se produce de manera natural en varias plantas como respuesta a una lesión o cuando éstas se encuentran bajo el ataque de patógenos, tales como bacterias u hongos. Tiene efectos positivos sobre la salud humana. Hay estudios que se los atribuyen, mientras que en otros se desmienten o les quitan solidez científica. Uno de esos beneficios otorgados a la sustancia es de índole cardioprotector. En caso de ser ciertos tales beneficios y aunque el resveratrol es el en vino tinto donde se encuentra en mayor concentración de forma natural, su concentración, sin embargo, no sería de orden terapéutico y su combinación con el alcohol del vino genera unos daños que no compensan (como efectos secundarios) la ingesta de resveratrol a través del vino tinto. Si algún día se confirman, científicamente, los beneficios que algunas personas atribuyen al resveratrol (los bodegueros y fabricantes de cápsulas), la forma adecuada de tomarlo será en cápsulas o mediante una alimentación variada que incluya cacahuetes, uva y cacao.

  • “La cerveza o la sidra no me pueden causar daño porque tiene baja graduación de alcohol”.

La afirmación no es cierta. Estas bebidas simplemente contienen el mismo tipo de alcohol que el resto de las bebidas alcohólicas, se diferencias simplemente en la cantidad. El problema surge ante lo fácil que es ser menos precavido y prudente en el consumo de estas bebidas (menos alcoholizadas) y lo fácil que es terminar abusando de ellas.

  • “El alcohol da calor al cuerpo, sirve para calentarse cuando hace frío”.

El alcohol es un vasodilatador periférico, dilata los vasos sanguíneos más exteriores (manos, pies, nariz y orejas) las zonas en las que primero percibimos el frio, teniendo una falsa sensación de calor. El interior del cuerpo, mientras tanto, se enfría. En realidad, el consumo de alcohol puede facilitar problemas de salud e incluso la muerte por descenso de la temperatura corporal.  En países fríos, trabajadores que realizan su trabajo en condiciones habituales extremas, bajo los efectos relajantes del alcohol, pierden la sensación térmica y aceleran la hipotermia.

Mujer y alcohol

De acuerdo con el Informe 2021 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con adicción en tratamiento, la edad media de las mujeres que acuden a los centros es de 41,8 años, casi 3 años superior a la del hombre (38,9).

Con respecto a la sustancia, en el caso de las mujeres adquiere mayor protagonismo el consumo problemático de alcohol (46,2%), que el de cocaína (31,1%) a diferencia de en los hombres, que la cocaína ocupa el primer lugar (37,9%) y en segundo lugar el alcohol (33,9%).

En los últimos años, el consumo de alcohol por parte de las mujeres ha cambiado, pero sigue habiendo diferencias de género: ser mujer y tener una adicción supone enfrentarse a una doble vulnerabilidad y desventaja social; por acercarse a la ilegalidad y por incumplir los roles tradicionalmente asignados a las mujeres.

Además, las consecuencias familiares son distintas cuando hablamos de alcoholismo femenino: ellas suelen tener mayores cargas familiares, menor apoyo y en nuestra sociedad sigue estando “peor visto” una mujer con problemas de consumo de alcohol que un hombre, por lo que las mujeres alcohólicas suelen ser objeto de mayor estigmatización que los hombres.

Desde la UAD de Monforte de Lemos, y coincidiendo con el Día Mundial Sin Alcohol, queremos recordar que no existe el consumo libre de riesgos y que la principal herramienta con la que abordar y retrasar esa edad de inicio de consumo es la prevención, tratando de acabar con falsos mitos y de que se perciban los riesgos derivados del consumo de alcohol, algo que se ha banalizado y que ahora mismo se considera trivial y que encuentra justificaciones incluso apelando a la cultura y a la socialización.