Isabel Pardo de Vera Posada, Pregonera de las Fiestas Patronales de Monforte 2024

Buenas tardes, monfortinos y monfortinas, gracias por acoger a todas las gentes que queremos esta tierra. Por otra parte, no me atrevo a dar la bienvenida a los monfortinos por el mundo, que también son legión.

Como lucense, llegué a querer a la ciudad de Monforte y su comarca, y a identificarme con ella hace menos de una década, ya bien entrada en años. Cuando el Alcalde me llamó para darme una alegría sin más aderezos propios de sus responsabilidades, y luego me explicaré, desplegué plumas enchida cual pavo real: una lucense dando el pregón de la ciudad de Monforte! Y fui directamente a buscar información, a buscar “Pregones en Monforte”. Fue entonces cuando me subieron las pulsaciones, me salió Julia Otero, monfortina en Barcelona, mujer admirable donde las haya; ella había controlado el cáncer cuando la conocí, habíamos quedado para tomar un café en la Ciudad Condal, yo estaba en el proceso aún; poderío, fuerza, humildad, es una comunicadora de las grandes, le preocupaba sobre manera la supresión del tren nocturno a Barcelona, ya que decía que las personas con más edad, aprovecho para mandarle un fuerte abrazo en estos momentos complejos, dejaban de viajar al tener que hacer transbordos, aunque emplearan menos horas en el recorrido. Ella pertenece a esas generaciones que se fueron muy jóvenes, ya pasado el período de emigración transoceánica de los años 30. Fue entre los años 1960 y el 1970 en los que la población también descendió de manera muy brusca.

Y sí, siendo conocedora de todas esas personas ilustres de Monforte que dieron el pistoletazo de salida de las grandes fiestas en honor a su patrona, la Virgen de Monserrat, otra vez saliendo de mi zona de confort, (no me digan que ustedes no tienen la suya…). Porque los gallegos y gallegas tenemos algo, siempre estamos para los demás. Pienso que cuando la forma de actuar se repite durante la historia, queda impregnado ya en nuestra cultura y hasta modifica nuestro ADN.

Por eso no me canso de dar las gracias: es un honor esta oportunidad y vengo cargada de optimismo, lo que se pulsa ya en la ciudad; porque tenemos motivos de sobra para la celebración, para compartir y para crecer, cuidando de esta comarca privilegiada, llena de dotes para hacerlo bien, un vergel en el planeta que habitamos.

Es importante no olvidar la historia de nuestro territorio y de nuestros antepasados para entender mejor quienes somos y a donde vamos. Los lamentos de lo que pudo haber sido y no fue nunca me gustaron, pienso más en hacer lo mejor con lo que tenemos, que es mucho.

Y aquí les dejo unas reflexiones que derivan esencialmente de la fusión de mi vida personal y profesional, es verdad, no soy capaz de pensar en una sin la otra. No les puedo negar que la curiosidad y las emociones son lo que mueve cada uno de mis actos y esto me lleva a encarar éxitos y fracasos de manera muy intensa, por eso sé que los que sois de esta tierra ya es una realidad, porque estáis cimentados en Lama de Lemos, en tierra fértil, y porque somos resilientes como el Monte Fuerte que nos nombra. Sólo nos falta ir todos de la misma mano y contagiar el proyecto a todo el que tenga que tener parte en él.

Los grandes proyectos nacen de la visión, la organización, la pasión y del liderazgo para saber comunicarlo, y poder así sumar. No es fácil reunir en una sola persona todas estas aptitudes, pero juntos sobresalimos.

Este es mi relato, breve, no quiero aburrirles sobre lo que somos y lo que seremos:

Nuestra cuna es mezcla de civilizaciones: celtas, los romanos que dieron el actual nombre, suevos y visigodos, y etnias como la judía; un valle, que en la prehistoria pudo ser laguna, flanquedo por sierras, un río que nos separó, nos defendió y también unió, un monte que fue resistencia, hogar y refugio. Monforte es ciudad, desde el 1885, título otorgado a los monfortinos en agradecimiento y honra por sus trabajos y esfuerzos, que hicieron posible la llegada del ferrocarril. En 1883 el rey Alfonso XII inaugura la línea férrea entre Madrid y A Coruña, y Monforte pasa a ser el nudo ferroviario y de comunicaciones más importante de Galicia, como entrada natural y fuente de acercamiento de viajeros de mercancías y viajeros que salen de Galicia.

Nuestro Barrio de la Estación, corazón de actividad económica y cultural, genera un ecosistema de esplendor en la comarca y en Galicia. Se sumaba nuestra tierra a la unificación cultural europea, gracias a las coseduras de las vías del tren, comunicaciones masivas y viajes que ayudan a superar las barreras del nacionalismo mal orientado, facilitando el surgimiento de un asombroso canon europeo de obras artísticas, musicales y literarias. Estos intercambios fermentan tradición, creatividad y riqueza, un ambiente cosmopolita con el que la fuerza europea llega a ser referente de la cultura mundial.

Todo esto es un ejemplo más del papel del ferrocarril al servicio de la humanidad, me gusta reconocer a los ferroviarios como técnicos humanistas, así me siento yo, porque las infraestructuras no son un fin en sí mismo, pero tienen un poder transformador sin igual, ya que por ellas mismas pueden ser un logro de la más compleja ingeniería en el mundo, pero si no consiguen aquello para lo cual se construyeron, quedará en un coste perdido.

Resurge ahora una oportunidad muy semejante a aquellos tiempos gloriosos en Europa, y tenemos que estar bien preparados para no perder la oportunidad. Dejando los localismos de lado, nuestra identidad se hará más fuerte, si estamos dispuestos a ser un eslabón clave de la prosperidad sostenible de la Península, de nuestro oeste, que está llamado a ser un oasis que integre naturaleza y desarrollo económico y social, porque los tiempos que nos toca vivir son de reorientación de una globalización mundial que generó riqueza, objetivamente, pero no por igual, que nos desfondó y nos dejó desvalidos de autonomía estratégica, nos hizo dependientes de todos y volvieron las luchas sin escrúpulos. Estamos flanqueados de testosterona mal conducida, y tenemos que ir a las raíces de los problemas que atravesamos.

Somos capaces, ya lo mostramos al defender lo nuestro, de generar y ser embajadores de crecimiento en el mundo, y somos resilientes, porque llevamos el optimismo, mano de obra y valores al resto del mundo. Pero la movilidad no puede ser agresiva, y para eso diferenciamos la movilidad obligatoria, la que resta calidad de vida y reduce lo más valioso que tenemos, el tiempo.

Las ciudades más pobladas, como Madrid, Nueva York, Londres, Berlín, Barcelona, buscan esa mejora en la calidad de vida de los ciudadanos, y trabajan en ese nuevo concepto de ciudad de los quince minutos, donde todos los servicios están a disposición en ese intervalo de tiempo: sanidad, educación, comercio del día a día.

Qué es Monforte? Precisamente eso, y estamos dando los pasos correctos para que el que lo desea no se tenga que ir fuera, por eso la economía debe girar en varios ejes: la industria, el turismo de calidad y el incremento de valor de los productos derivados de un excelente sector primario. Todo este tejido precisa inevitablemente de una logística muy inteligente, y nosotros vamos, de nuevo, por el camino correcto. Tenemos que aprovechar esos canales, que hoy ya casi son una realidad, somos cruce de caminos, parte de la arteria principal, el corredor Atlántico Tranfronterizo europeo.

Las conexiones ferroportuarias están en marcha, seremos capaces de finalizar la salida sur de Vigo, para convertir lo que la naturaleza diseñó, que es una España y Portugal sin fronteras a efectos reales, montones de intercambios competitivos desde el Océano Atlántico al Mar Cantábrico. Hace tiempo que no pensábamos en grande, y que no teníamos las herramientas viarias para hacerlo, nos faltaba el sistema de circulación que hiciera correr savia. Ahora estamos a punto de tener esa arteria de comunicación en la comarca, puntera en tecnología y competitividad, sí aprovechando la vieja infraestructura, y respetando la madre naturaleza. El mundo se seca, nosotros estamos húmedos, los viñedos mueren allí donde hicieron prósperas comarcas, pero hasta nuestra Ribeira del Sil llegan para crecer y dar los mejores vinos de la tierra, de la mano de enólogos que saben exprimir los frutos de las vides que tanto esfuerzo requieren, impregnadas de losas y sensaciones profundas, y de buen saber.

Y, en este marco que seguro les sugiere recuerdos personales, permítanme contarles alguna anécdota vinculada al trabajo en mi etapa privilegiada, de gran responsabilidad al frente de mi casa, que es el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, del que nunca me alejaré, y de la Secretaría de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en el que la planificación del Corredor y de la conectividad lucense y monfortina estuvo siempre en mis pensamientos. Pero también físicamente, pues nuestro querido Alcalde, Xosé Tomé, tenía el asombroso don de la ubicuidad. No había evento, foro o instante donde no apareciera Xosé, con su sonrisa, pero sin perder oportunidad de hablar de vosotros, de dar un barniz a algún despistado que no sabía de lo que le estaba hablando, sin faltar al respeto, con cariño, pero con contundencia.

Es importante estar, a todos los niveles de los centros de decisión, y a mí me tocó el privilegio de trabajar, convencer y motivar el trabajo de los excelentes profesionales que pertenecemos a la Administración Pública, pero que probablemente por el alejamiento, nuestras gentes, o por las innumerables planificaciones y promesas quebrantables de ciertos políticos para gloria suya y no de aquellos a quién se deben, pisan el pedal del freno, pues no ven con racionalidad la foto final.

Y allí estábamos en el momento preciso, fuimos al límite, hubo momentos de tensión tan alta que hubo que reconducir las cosas, pues íbamos a acabar de patitas en la calle, con lo cual nuestros propósitos podrían ir al garete, teníamos que resistir, dentro y fuera de los despachos. Con algún palo envenenado tuvimos que hacer estrategia, hasta llegar al “chantaje”, perdonen ustedes, ahora me río, pero con la responsabilidad y el poder que nos conceden las firmas, me negué a firmar otros proyectos si este no salía adelante: se llama distribución justa de los recursos, hay que estar donde se precisa y en el momento que se precisa.

Tomé me llamaba, esto iba, pero había más cosas pendientes, y volvía a explicárselo a quién hiciese falta, y no dejaba de invitar a conocer esta tierra y compartir sus alegrías, pero antes tenían que pasar por el Ayuntamiento, a veces también por la Diputación, y dar cuenta del trabajo hecho, y si no iban estudiados amablemente los dejaba en ridículo. Y hablábamos, este no se enteró, así no avanzamos, y no perdimos el pulso jamás.

Mis funciones, más allá de las técnicas, son las de un proyecto con visión transversal, habría que unir los distintos agentes que tenían que participar en él, muy importante la hacienda pública y la distribución de presupuestos. Parece sencillo pero es un trabajo de fondo, de sensibilidad, no podía tener fisuras de relato, todo el equipo de cientos de personas sabíamos a que estábamos, pero siempre venía alguien a hacer recortes, para destinar los recursos a lo suyo, aunque no fuesen necesarios, por lo limitado de estos. E insistíamos, donde podíamos, repartíamos tareas para no perder chance, esta vez no podíamos quedar a medias, no podíamos ir a retales, necesitábamos el traje completo, y a tiempo para que Europa apostara por nosotros y nos echara no una mano, casi el brazo entero.

Y llegó, seguro que alguien quiso echarnos un mal de ojo, pero a nosotros el Karma nos protege, estoy deseando que acabe todo este despliegue, pero no podemos parar, que esto es sólo el comienzo de una nueva etapa, recuerden la diferencia entre gasto e inversión. Lo que entre todos estamos construyendo es una inversión, y el proyecto de alcanzar el máximo de la generación de valor tiene que estar madurando en paralelo. El Puerto Seco, la implantación de bases logísticas de fácil acceso, la cadena de multimodalidad con los mínimos impactos, el acercamiento de las personas al transporte colectivo desde su casa y hasta su destino, de la manera más eficiente.

Finalizo, queridos míos, pues lo importante hoy es la ilusión de celebrar estas fiestas, de compartir como seres sociales que somos, y de conocernos para saber por qué cada uno es de su manera. Busquemos primero lo que nos une, como Tomé, y con eso bien cosido, intentemos acercar posiciones teniendo en cuenta el lugar del otro hasta converger. Y si no es así, convencidos de lo que es lo mejor para el bien común, vamos a por ello.

No lo olviden, queda por delante un futuro en el que trabajaremos, yo lo haré con la misma ilusión, poniendo a vuestra disposición todo el conocimiento de lo público y de lo privado que tuve la suerte de poner en práctica; siempre se puede trabajar mejor, tenéis montones de personas aquí para empujar, hagamos el papel que nos toca en cada instante, estemos donde estemos, y sigamos la evolución, porque, seguro que habrá muchos momentos de felicidad.

Quiero a esta tierra, gracias a los que conocí y que fueron compañeros. Cachafeiro, una honra haber trabajado contigo, eres referente, gracias. Paco Moreiras, muchas empanadas trajiste cuando viajaba a Madrid y tú vigilabas y protegías las vías, pensando que mi hija iba a caer de mi vientre allí en las tierras del Deza. Luis Palacios y Noemí, seguid con esa pasión, aunque haya disgustos.

Gracias por estar siempre. Ya tuve reconocimiento de sobra, desde aquel premio Monforte al Ferrocarril; no es por eso mi compromiso, porque sé que devolveremos a la sociedad muchos más de los recursos empleados.

Monfortinos y monfortinas, enhorabuena, y, de verdad, gracias por vuestra paciencia. Son los trabajadores incansables los que saben sacar partido de las mejores celebraciones, así que ya toca:

Felices Fiestas y hasta siempre.

Viva Monforte!